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Sanidad

La enfermedad de Aujeszky o pseudorrabia

De actualidad ante la detección de la primera muerte de un lince ibérico por esta causa

22 February 2017

Rescatamos una entrada que realizamos en el año 2012 en la que describíamos ya que es la enfermedad de Aujezsky o pseudorrabia, una enfermedad presente en la fauna silvestre, principalmente en el jabalí, que ahora recobra actualidad ante la reciente publicación de un caso confirmado de muerte de un lince ibérico el pasado año por esta causa.

La enfermedad de Aujeszky, también llamada pseudorrabia, tiene una gran importancia sanitaria y económica en el mundo ganadero, sobre todo en el sector porcino.

Es una enfermedad de declaración obligatoria y está establecido un completo programa de vacunación para su control y erradicación en las explotaciones españolas.

Las especies que actúan como hospedadores y reservorios naturales son el cerdo doméstico y el jabalí. Sin embargo, excepto al hombre, el virus puede afectar a un gran número de animales, ungulados, cánidos, félidos... tanto domésticos como silvestres. En estas especies, llamadas hospedadores accidentales, la enfermedad suele ser rápida y mortal.

Una de las características de esta enfermedad vírica, causada por el herpesvirus porcino tipo I, es la capacidad de provocar infecciones latentes. Los animales pueden estar infectados sin mostrar síntomas hasta que determinadas situaciones provocan una alteración o desequilibrio: estrés, parto o inmunosupresión (nivel bajo de defensas). En estas ocasiones el virus se reactiva y los síntomas aparecen. Los animales, una vez infectados, serán portadores del virus durante toda su vida.

Las vías de transmisión del virus son principalmente mediante contacto directo, oronasal y genital y de madres a hijos (vía vertical) durante el parto y lactación. Además, se producen también casos de transmisión por ingestión de un animal enfermo. Este virus puede dispersarse por el aire varios kilómetros.

Los síntomas principales son:

• Nerviosos: Típico en animales jóvenes (0-9 semanas). Fiebre, anorexia, temblores, parálisis tercio posterior (postura del “perro sentado”). Muerte en un elevado número de casos. Es la forma más típica también cuando se produce una infección en una especie ocasional, como los perros tras ingerir carne de cerdos o jabalíes enfermos o muertos por la enfermedad.

• Respiratorios: En animales en crecimiento y cebo. Fiebre, depresión, estornudos, descarga nasal, tos. Síntomas nerviosos moderados. Existe un bajo porcentaje de mortalidad pero los animales presentan pérdida de peso y son susceptibles a infecciones bacterianas secundarias.

• Reproductivos: Principalmente aborto de un pequeño porcentaje de hembras (menos del 20%) y una tasa de mortalidad muy baja.

• Inaparente: Los síntomas respiratorios pueden confundirse con otras enfermedades.

En relación con la caza, se trata de un proceso muy importante por varios motivos. Como hemos apuntado, la fauna cinegética puede actuar como reservorio del virus, transmitiéndolo y dificultando su control, destacando, sobre todo, el papel del jabalí en muchas zonas de España. Las granjas cinegéticas de jabalí deben de someterse a los mismos controles que el cerdo doméstico.

Por otro lado, es fundamental gestionar y eliminar adecuadamente los despojos de cacerías, controlando principalmente su consumo por parte de nuestros perros, puesto que la ingestión accidental de algún jabalí infectado puede provocar la presencia de la enfermedad en éstos, con un tratamiento difícil y una resolución, casi siempre, fatal.

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