Es evidente que cualquier actividad humana en el medio natural supone un impacto sobre dicho medio, tanto sobre la flora como sobre la fauna que habita en él.
Son muchos los que alzan su voz crítica en contra de la caza en éste y otros sentidos. Sin embargo, a pesar del notable incremento que podemos apreciar en los últimos años del turismo de naturaleza, son pocos aún los que se preocupan de las molestias que observadores, aventureros y deportistas puedan generar sobre ese mismo medio. Y son menos los estudios encaminados a analizar este efecto sobre la fauna silvestre.
Una publicación, elaborada por Fortin y colaboradores, analizó el impacto de las actividades de observación sobre la fauna silvestre, eligiendo como especie modelo el oso pardo.
Este trabajo destaca que los osos son una especie sometida a una intensa y creciente presión turística, siendo cada vez más las empresas y particulares que buscan observarlos en libertad. Por el momento, sí se han realizado estudios que analizan el efecto inmediato de la presencia de las personas sobre la especie, si bien, no se tienen en cuenta los efectos a medio y largo plazo.
Los autores señalan que, a partir de los datos recogidos, el efecto principal del turismo de observación se refleja en la modificación en el comportamiento de los osos, puesto que dicha actividad puede afectar al oso pardo provocando un aumento en los desplazamientos y una reducción en el uso temporal de determinados hábitats. Esto puede conllevar a que los osos tengan que gastar más energía y a su vez tengan menos tiempo para ingerir alimento. Estos desplazamientos también pueden incrementar el número de interacciones entre ejemplares de territorios próximos.
Por otra parte, la observación regulada que concentra visitantes en el espacio y el tiempo de forma previsible, así como el establecimiento de puntos de observación en torno a zonas de alimentación, puede suponer un impacto negativo en el comportamiento de alimentación, lo cual incide directamente en la reproducción y supervivencia de los ejemplares.
Por todo ello, los autores sugieren que las actividades de observación deben contar con una regulación que consiga alcanzar un equilibrio entre la demanda de ese tipo de actividades por parte de la sociedad y la conservación de las poblaciones observadas.
Referencia del artículo:
Fortin, J. K., Rode, K. D., Hilderbrand, G. V., Wilder, J., Farley, S., Jorgensen, C., & Marcot, B. G. (2016). Impacts of Human Recreation on Brown Bears (Ursus arctos): A Review and New Management Tool. PloS one, 11(1), e0141983.
