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Sanidad

Las 5 claves para entender la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica

Y algunos criterios para mejorar su gestión

14 July 2023

Desde finales del año 2022 en el que se declararon los primeros focos de enfermedad hemorrágica epizoótica en España, son cada vez más frecuentes las noticias sobre su presencia en diferentes territorios de nuestro país, con la preocupación que eso supone para ganaderos y gestores cinegéticos por el posible impacto que su aparición puede tener en las poblaciones de ungulados, tanto silvestres como domésticos.

A continuación te damos algunas claves para entender esta enfermedad y los criterios que ayudarán a mejorar su gestión:

1.- Se trata de una enfermedad vírica, causada por un virus del género Orbivirus, cercano genéticamente al causante de otra enfermedad más conocida en España, la lengua azul. Al conocer el agente causal ya podemos tener la primera pista sobre su gestión. Es un virus, con lo cual, los tratamientos con antibióticos no son útiles y no resuelven el problema. En otros países donde conviven con esta enfermedad desde hace más tiempo existen vacunas que se pueden emplear de manera preventiva.

2.- Su transmisión se produce, desde animales portadores a animales sanos, a través de la picadura de un mosquito, pero no por contacto directo.  Además, no se trata de un mosquito cualquiera, sino de los del género Culicoides. La importancia de esto es que, por un lado, estos mosquitos pueden trasladar el agente causal a grandes distancias pero, por otro lado, la enfermedad solo estará presente en las zonas donde hay esta especie de mosquito. Hasta no hace mucho los Culicoides solo estaban presentes en zonas muy concretas del sur peninsular, aunque, por desgracia, el aumento gradual de las temperaturas y la disminución de los periodos de frío prolongado, hacen que su distribución esté aumentando hasta ya encontrarse en más de la mitad de la Península. En todo caso, a diferencia de otras especies de mosquito, su distribución no se vincula con puntos de agua, por lo que las charcas no suponen un punto de riesgo directo y se relacióna más con acúmulos de materia orgánica en descomposición, así que, por ejemplo, hay que tener cuidado con la gestión de los estiércoles en las granjas. 

3.- Es una enfermedad que puede afectar a rumiantes, tanto domésticos, fundamentalmente las vacas, como silvestres, fundamentalmente los ciervos. En todo caso, también pueden aparecer ovejas o cabras entre los primeros y gamos o corzos entre los segundos, con síntomas más o menos graves de la enfermedad. 

4.- Estos síntomas pueden variar según la especie afectada y el grado de inmunización previa entre otras cosas. De ese modo, es habitual la presencia de hemorragias en órganos internos, edema (acumulación de líquido) en la zona del cuello que provoca dificultad respiratoria, lo que hace que podamos encontrar animales fatigados e incluso con sangre o espuma en la boca. También son habituales las lesiones como úlceras e inflamación en la boca o la lengua, lo que provoca que los animales adelgacen por la dificultad que tienen para alimentarse y en algunos casos cojeras. Otro síntoma típico son los cuadros febriles, lo que hace que sobre todo los ciervos se acerquen a puntos de agua en horas poco habituales, para tratar de bajar su temperatura corporal. 

5.- Finalmente conviene saber que, a pesar de no ser una zoonosis, lo que significa que no afecta a las personas, sí es una enfermedad de declaración obligatoria, por lo que si vemos en el campo a algún animal sospechoso debemos comunicarlo en la Oficina Veterinaria de la zona, a los Agentes Medioambientales o al Seprona para que se puedan activar los protocolos adecuados. 

Lo esperable en los próximos meses es que vayan apareciendo nuevos casos, fundamentalmente donde ya se encuentra presente, Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura, pero puede que también en Madrid o incluso en el sur de Castilla y León, sobre todo hasta el otoño. Estos casos van a ser, normalmente, llamativos porque, sobre todo en las zonas en las que el virus aparece por primera vez, los animales no cuentan con anticuerpos y los síntomas son más graves. A medida que el contacto se incremente, lo más probable es que los síntomas sean menores y la mortalidad no sea elevada.

En todo caso, es importante estar alerta para ir valorando la evolución de la enfermedad.

Y, como siempre, te recordamos que tienes a tu disposición el Curso online sobre Gestión Sanitaria y Control Veterinario de Caza Mayor donde abordamos, de forma práctica y directa, los criterios para la gestión de las principales enfermedades que afectan a nuestras especies de caza mayor. ¡Te esperamos!

 

 

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