Ciencia y Caza

Recientemente ha sido noticia que la Junta de Andalucía ha puesto en marcha un protocolo de actuación con el objetivo de detectar en dicha Comunidad la presencia de la nueva cepa de la Enfermedad Hemorrágica Vírica (EHV) en conejo silvestre.

Esta nueva cepa que lleva causando estragos de forma silenciosa en importantes áreas cunícolas del sur de la Península desde el pasado verano, suma a su ya conocida elevada capacidad infectiva, facilidad de transmisión entre conejos enfermos y sanos y la alta tasa de mortalidad, una nueva característica: su capacidad para infectar ejemplares de pocas semanas y causar altas mortalidades en ellos. Este aspecto era desconocido en las cepas existentes en el monte español, ya que los animales tan jóvenes estaban protegidos por la inmunidad recibida de la madre a través del calostro.

Sea como fuere, la situación actual del conejo en muchos territorios de España es más que preocupante y la detección de esta nueva cepa supone un verdadero mazazo para aquellas zonas donde se venía observando una ligera recuperación de sus poblaciones.

El Protocolo puesto en marcha pretende tomar muestras de animales enfermos, moribundos o recién muertos y en buen estado de conservación y trasladarlos de forma inmediata al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre (CAD) con vistas a determinar el grado de evolución y desarrollo de esta enfermedad en el territorio andaluz.

Recordamos que algunos síntomas para la detección en vivo serían la aparición de síntomas nerviosos (postración, convulsiones, parálisis del tercio posterior), anorexia, problemas respiratorios y taquicardia. Se puede apreciar en algunos casos salida de líquido espumoso sanguinolento por los orificios nasales. Aparecen muertos con las extremidades y la cabeza completamente estiradas.

En caso de confirmarse, la prevención de la enfermedad mediante la siempre difícil vacunación de ejemplares silvestres sería tremendamente complicada, ya que al afectar a animales muy jóvenes, resultaría casi imposible inmunizarlos debido a que los gazapos casi no salen de sus madrigueras hasta prácticamente el mes de edad.

Además, la aparición de esta nueva cepa del virus de esta enfermedad, tendría una doble connotación negativa para la Comunidad de Andalucía, ya que al casi seguro descenso de las ya de por sí maltrechas poblaciones de conejo andaluzas se sumaría el fuerte varapalo que recibirían los Programas de Recuperación del lince ibérico y el águila imperial entre otros.