Por suerte o por desgracia, la mayor parte de la Península Ibérica está sujeta al clima mediterráneo (en sus distintas variedades), lo cual implica inviernos cortos y fríos y veranos más bien prolongados, calurosos y secos.
Este año nos hemos enfrentado a uno de los meses de julio más calurosos y secos de las últimas décadas y es evidente que el cambio clímatico está provocando que estos episodios se repitan cada vez con más frecuencia, afectando a multitud de especies, domésticas y silvestres.
La sequía en particular siempre ha sido un factor contra el que los gestores de caza han tenido que pelear muy a menudo, siendo por ello frecuente la instalación de bebederos y el cuidado de fuentes de agua para garantizar su abastecimiento.
Pese a que se dan por hecho las nefastas consecuencias de la sequía, pocos estudios tratan las consecuencias de los períodos secos en nuestra caza.
Un trabajo realizado por Pedro Fernández Llario y Juan Carranza en el Parque Nacional de Doñana, estudió el efecto de la sequía en la reproducción del jabalí durante los años 1993 y 1994, que fueron especialmente secos en toda España.
Los autores observaron que los partos estaban sincronizados, sucediendo la mayoría de ellos de febrero a abril, con un tamaño medio de la camada 3.05 rayones una semana después del nacimiento, siendo esta cifra más baja que las que se han obtenido en otras poblaciones.
El porcentaje de hembras adultas que se reprodujeron fue del 17%, también muy por debajo de las cifras que se obtienen en otras áreas con clima mediterráneo.
Además, se observó que, en cada piara, lo más normal era que una sola jabalina tuviera rayones, lo cual sugiere que la jerarquía en las hembras también cuenta, de modo que las subordinadas tienen que esperar a años mejores para criar sus rayones y evitar en años de escasez que éstos compitan con los de las dominantes.
Por todo ello, podemos concluir que, pese a que las especies son capaces de adaptarse a las condiciones de sequía y sobrevivir a largos periodos sin apenas precipitaciones, no debemos olvidar que la falta de agua va a influir muy notablemente en aspectos clave como la reproducción y, por tanto, en la evolución futura de las poblaciones.
Si quieres conocer más detalles sobre la importancia del agua para las especies cinegéticas y descubrir todos los secretos de su gestión, no olvides que tienes a tu disposición en nuestro Aula Virtual el Curso on-line sobre Gestión de Bebederos y Puntos de Agua para la Caza en el que resolveremos todas tus dudas y analizaremos todos los factores clave para tener éxito y no morir en el intento con la gestión del agua en tu coto.
¡Te esperamos!
Referencia del artículo:
FERNÁNDEZ-LLARIO, P., CARRANZA, J. Reproductive performance of the wild boar in a Mediterranean ecosystem under 2000. drought conditions. Ethology Ecology & Evolution, vol. 12, pp. 335-343.
