Desde el 15 de agosto las redes sociales "cinegéticas" se han llenado de comentarios bastante negativos sobre cómo está yendo la media veda, especialmente en lo que respecta a codorniz y tórtolas. Ni siquiera parece que hay buenas perchas en Burgos, Palencia y Soria (aclaremos que esto no está apoyado por ningún dato científico por el momento).
Por lo tanto, parece que la situación sigue siendo la misma o parecida que en años anteriores, y muchos se preguntan ya si en el futuro la media veda dejará de practicarse en algunas especies.
Las tendencias poblacionales de codornices y tórtolas en España y Europa son muy negativas, y casi todos sabemos cuáles son los factores que están contribuyendo en esta situación, si bien sigue sin conocerse a fondo la importancia de cada factor por separado, como sucede por la caza. Pero esta falta de datos, esta falta de investigación y de conclusiones dan vía libre para especular sobre la necesidad de vedar especies, a sabiendas de que las vedas no siempre suelen convertirse en mejoras para la conservación de la especie que ya no se puede cazar.
La resignación que vivimos cada 15 de Agosto debiera hacernos reflexionar sobre la necesidad de "cambiar el chip". Los comentarios, vídeos, opiniones y escritos (incluída esta nota breve), no valen nada si no hay una acción detrás. No esperen que las cosas cambien con una manifestación o reunión con nuestros políticos exigiendo más inversión en campo, "que para algo pagamos licencias".
Cierto es que la Administración debiera preocuparse más por la caza y los cazadores pero, ¿no son acaso la mayoría de los cotos de caza privados? ¿No será que estamos escurriendo el bulto? En mi opinión, creo que hay ejemplos claros de gente de que dice mucho y hace poco, pero son innumerables los cazadores y aficionados que cada año realizan esfuerzos en sus cotos no sólo para que haya más caza, sino también para que otras especies tengan un futuro mejor.
Comederos, bebederos, siembras para la caza y simplemente escribir lo que se caza son esfuerzos que valen mucho. Y por otro lado están los miles de propietarios que invierten en sus fincas ingentes cantidades de dinero para mantener el monte. Claro, algunos piensan que la conservación debiera basarse en reservas gestionadas por voluntarios. No les quepa duda que el futuro de la media veda, y de la caza, está en nuestras manos. ¿Seremos capaces de reaccionar a tiempo? Yo creo que sí, algunos ya lo están haciendo con éxito.
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