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Cinco gestos que cambiarán tu coto

16 January 2013

La temporada de caza está llegando a su fin y en muchos lugares la ilusión y pasión cinegética se han ido al traste casi desde el primer día porque, en general, la protagonista brilla por su ausencia: no hay caza y más de uno dirá, “si no hay caza aquí este año, es que no hay”.

Si así es se montará un gran lío y por desgracia las culpas, siempre incómodas compañeras, empezarán a moverse entre unos y otros. De los cazadores al guarda, del guarda al gestor, del gestor a los agricultores y de éstos vuelta a empezar a los cazadores (con la Administración y los furtivos de por medio). ¿De quién ha sido la culpa? Qué importa ahora, ya casi hay que pensar en la temporada del año que viene…

Es hora de ir incorporando ciertos gestos o hábitos en nuestra “agenda cinegética” para que, si hay golpe, que sea más liviano y razonado. Si no hay perdices o los jabalíes son menos abundantes, que no sea por nuestra desidia y dejadez, sino porque vino un pedrisco y lo fastidió todo o por la severa sequía.

Aquí van los 5 gestos que tal vez podrían cambiar tu coto.

1. PLANTEA UN CENSO ANTES DE ABRIR LA CAZA
• Consigue un vehículo adecuado, a poder ser todoterreno para evitar disgustos y busca un día de climatología favorable para realizar un censo de caza en tu coto, utilizando para ello los caminos agrícolas.
• En dependencia de la especie tendrás que planificar a qué hora y dónde ir. En todo caso para la mayoría de especies es preferible ir al amanecer y atardecer, al ser cuando los animales muestran más actividad en general y por ende son más detectables por nosotros.
• Ni que decir tiene que tendrás que ayudarte de buenos prismáticos y no es bueno que vayas solo. Consigue la ayuda de varios socios porque 20 ojos ven mejor que 2. Eso sí, no organices un “rally”, que molestar a la caza sería lo último. Aunque depende de la extensión del coto, puede que con un par de equipos de “censadores” sea suficiente.
• Métete en la página del SIGPAC y busca los mapas de tu coto. Imprímelos en calidad intermedia para diferenciar las parcelas y ve apuntando lo que vas viendo.
• Intenta realizar el censo varias veces en días separados. Si estás familiarizado con la zona bastarán un par de días para hacerse una idea de lo que hay.
• Si intentas censar caza mayor tal vez debas pensar en puntos de observación o bien búsqueda de rastros en lugares concretos, así como utilizar fototrampeo, aunque eso es un asunto distinto.
• Habla con pastores, agricultores y otra gente que está mucho tiempo en el campo. Ellos te podrán dar información de buena tinta que en ocasiones es imposible de obtener mediante los censos.
Los resultados del censo debieran ayudarte a pensar “cuánta caza de puede tomar prestada del campo” y así pensar mejor su devolución por medio de la gestión cinegética durante la próxima temporada.

2. REÚNETE CON SOCIOS Y GESTORES
Los fallos de comunicación son una gran lacra en muchos cotos, siendo en ocasiones más problema en sí que factores tan importantes como la pobreza del hábitat o un control de predadores insuficiente.
• Organiza con tiempo un encuentro entre socios, el gestor o gestores y demás personas para mostrar los datos de la temporada pasada.
• La persona que muestre los datos debe de ayudarse de algún mapa, bien en papel bien en un ordenador para explicar la situación. “Las cosas claras y el chocolate espeso”.
• En las reuniones deben de decirse todas aquellas cosas que se comentan durante el taco y la hora del café. El intercambio entre cazadores y gestores es complicado pero, de producirse, es muy positivo.
• Las decisiones deben de ser consensuadas pero amparadas bajo el criterio de un gestor o técnico cinegético que ayude a entender cosas que no todo el mundo tiene por qué saber. ¡Escucha al técnico!

3. PLANIFICA UNA CAZA POR CUARTELES
Buena parte de los cotos están divididos en cuarteles de caza para planificar bien la extracción de piezas. Si tu coto no está dividido en cuarteles es momento de hacerlo, contando para ello siempre de la gente que mejor conoce el coto y sus diferentes zonas.
• No siempre es sencillo establecer los cuarteles de caza en un coto. Hay que tener en cuenta factores relacionados con el paisaje, la orografía y la extensión, dado que es preferible que los cuarteles sean representativos de un tipo de paisaje concreto y que no haya diferencias importantes de extensión, a poder ser.
• Es preferible cazar en cuadrillas que “cada uno por su lado”. En caza mayor esto es imperativo pero en la caza menor todavía no está implantado de manera general. En cotos con muchos socios puede ser un problema, pero organizándolo con tiempo da buenos resultados, dado que se evita “romper la mano”, ahorrándonos problemas y ganando también seguridad.
• En cada cuadrilla debe de haber un “jefe” que sirva de comunicación entre cazadores, gestor y guarda.

4. CUENTA LO QUE CAZAS Y CONTROLA LA TEMPORADA
El gran desafío, ¿a quién le gusta decir lo que ha cazado y dónde?
• Rompe con los esquemas y convoca un encuentro al final de la jornada para tomar cuenta de lo que se ha cazado.
• Con tu cuaderno de caza que nunca debiera faltarte, diferencia edad y sexo en la caza y, a ser posible, pregunta dónde se abatió. Si algo se fue herido, ¡¡también debe de apuntarse por Dios!!
• Puedes ofrecer unas fichas para que la gente apunte lo que va matando, tan sólo llevará unos minutos y esto nos dará muchísima información.
Esta tarea debiera realizarse todos los días pero en su defecto puede que con realizarlo los primeros meses sea suficiente. Así sabremos saber hasta cuando podemos cazar porque si contamos 100 perdices al inicio de la temporada y ya hemos abatido 50… hay que pensarse seriamente en parar la caza en esta especie. Donde no hay mata no hay patata.

5. FAENA LA CAZA CON ATENCIÓN Y CUIDADO
Es fundamental prestar atención a la caza que abatimos y nuestra máxima debe ser atender al sentido común, como en casi todas las cosas, para evitar disgustos innecesarios y también para intuir posibles problemas sanitarios futuros de nuestras poblaciones. La carne de caza es por lo general de grandísima calidad, pero si con la carne de animales domésticos tomamos precauciones, también debemos hacerlo con la carne de caza, que más vale prevenir que curar.
• Intenta faenar la caza con guantes para evitar contactar directamente con la canal. El riesgo es importante, más aún cuando tengas alguna herida en las manos.
• Es fundamental eviscerar cuidadosamente (retirando tripas y entresijos), lavando bien las zonas manchadas y conservando las canales en la nevera o en un lugar fresco.
• No debes aprovechar estos restos eviscerados para dar de comer a los perros porque estarás favoreciendo el ciclo natural de muchos parásitos que pueden ser peligrosos para ellos mismos, para ti o, incluso, para otras especies cinegéticas.
• Si se trata de jabalíes no te olvides de coger una muestra para que el veterinario asignado la inspeccione y descarte la presencia de triquina, evitando así que te puedas llevar un disgusto serio.
• Si observas alguna anomalía, olor extraño, puntos blanquecinos en hígado, intestinos, músculos, vesículas con líquidos más o menos densos… elimina al menos la parte afectada y se generoso en el corte. Si la pieza es pequeña, deséchala por completo. En cualquier caso, si es posible, ante cualquier sospecha recurre a un veterinario que pueda explicarte cual es el problema y, sobre todo, si existe algún riesgo.
• Por último, es conveniente que el cocinado sea lento e intenso para que, además de que el guiso quede sabroso, se elimine por completo cualquier germen que pudiera haber quedado. Si decides hacer embutidos o conservas que no lleven un tratamiento térmico es recomendable que recurras a un experto que inspeccione la carne.

Ahora es el momento de comenzar a cambiar tu coto para recoger los frutos la temporada próxima.

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